«El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres»
27/08/2018.- “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”, no vemos otra manera de empezar nuestro testimonio sobre lo que ha supuesto para nosotros, como matrimonio, y para nuestras hijas (Lucía 14 y Clara Mª 8), los “Días en familia” en el Centro de Ocio y Tiempo Libre Cristo Rey en Torrox (Málaga). Han sido unos días inolvidables de encuentro con el Señor, donde pudimos arrancarle innumerables gracias.
Hemos podido experimentar cómo el Evangelio de la Familia es Alegría para el Mundo. Hemos contado con la presencia del Pastor de nuestra Diócesis, don Demetrio Fernández y varios sacerdotes diocesanos más, que además del acompañamiento espiritual, han participado y compartido con las familias actividades y veladas. Han sido un acicate para impulsar la Pastoral Familiar en las parroquias, animándonos y creando en nosotros nuevas ilusiones para el curso que empieza. Todo un privilegio.
Hemos asistido un nutrido grupo de familias, donde había personas de todas las edades. Matrimonios, jóvenes y niños hemos tenido actividades adaptadas a cada grupo. Catequesis, momentos de oración, celebrando diariamente la Eucaristía y el rezo del rosario en familia; especialmente bonito el Rosario por la playa del viernes por la noche. Tanto los matrimonios como los jóvenes disfrutamos de un retiro junto a Jesús Sacramentado, momento en el que cada matrimonio tuvo un ratito de diálogo conyugal donde vivimos momentos de verdadero gozo. Pero el Señor nos ama tanto que no quiere dejar de sorprendernos cuando Sara, una mamá, recibió su Primera Comunión, pudiendo compartir con ella y su familia la alegría de la fe vivida en comunidad.
Por la noche hemos tenido ocasión de disfrutar de unas veladas inolvidables. La primera noche pudimos descubrir el talento artístico de padres e hijos, donde la risa y la diversión fue la principal protagonista. Otro día tuvimos verbena ibicenca.
Han sido días de un gran enriquecimiento tanto personal como espiritual para toda la familia, donde nuestra hija Lucia (14) ha manifestado que si tuviera que escoger una palabra para describir lo vivido en estos cuatros días, sería “maravilloso”, palabra que nunca pensó que elegiría para referirse a este encuentro ya que, como suele pasar cuando le proponen ir a un sitio nuevo, sin conocer a nadie más que a los miembros de su familia, teme sentirse fuera de lugar. Empezó a llamarlo “terror city”. Le aterraba la idea de llegar allí y pasarse los cuatro días de guardaespaldas de sus padres, pero una vez más, el Señor tenía un “as” en la manga.
Puso ante ella a una serie de personas, a las que ahora aprovecha para darles las gracias que, sin que ella lo supiera, dejaron en su camino las miguitas de pan que ella necesitaba para que empezara a darse cuenta de que, a lo mejor aquello no iba a ser tan malo. El entorno social fue maravilloso, pero el espiritual no fue menos porque, aunque viene de una familia donde el Señor está presente cada día, gracias a estos cuatro días ha sido consciente de lo grande que es. Hace unos años, debido a una experiencia, empezó a preguntarse si alguna vez iba a encontrar a un grupo de personas y amigos con los que pudiera hablar, reír y compartir su fe con ellos, en definitiva, gente que pensara como ella y que gracias a este encuentro, ha podido encontrar su sitio, la han acogido y acompañado con mucho cariño, y gracias a ellos, va a poder continuar en el camino y conocer a más jóvenes como ella.
Llevamos varios años buscando este tipo de “descanso” y por fin lo hemos encontrado. Hemos regresado llenos y animados a extender el evangelio de la familia allí donde nos encontremos y “ser faro que irradie la alegría de su amor en el mundo…” como dijo el Papa en Dublín. Verdaderamente hemos pasado cuatro días en un TODO incluido, donde ese TODO indudablemente ha sido el Señor.
Pilar y José María