Ejercicios Espirituales para Matrimonios

La Delegación de Familia y Vida organiza cada año varias tandas de ejercicios espirituales para matrimonios que se celebran en los tiempos de Adviento, Cuaresma y Pascua.

Convento de San Calixto

Convento Ntra. Sra. de la Sierra en San Calixto (Córdoba) donde suelen celebrarse estos ejercicios para matrimonios.

Los próximos ejercicios programados serán los fines de semana del 27 al 29 de febrero y del 13 al 15 de marzo de 2020.

Los ejercicios espirituales son una experiencia de oración que busca profundizar y enriquecer la relación con Dios.

En términos prácticos, los ejercicios se realizan en un ambiente de retiro espiritual, en silencio, con momentos de oración personal, charlas y acompañamiento personal.

Nos ayudan a que el Espíritu actúe en nosotros, nos transforme, libere nuestro corazón de ataduras que nos esclavizan y nos permita buscar y realizar la voluntad de Dios sobre nuestra vida.

Este método que San Ignacio plasmó en el Libro de los Ejercicios Espirituales ha ayudado, en los últimos cuatrocientos años, a innumerables hombres y mujeres a encontrar a Dios y a dar sentido a sus vidas.

Estos son algunos testimonios de matrimonios que han vivido esta experiencia de los ejercicios en anteriores ocasiones:

«En medio de la vida, del dolor, Jesús salió a nuestro encuentro. Lo buscábamos a nuestra manera, pero el se nos ha presentado con más profundidad. Estos ejercicios nos han servido de medicina para recibir otra vez con fuerza el amor de Dios y seguir con la oración unidos a Cristo. El clima de silencio que se respiraba también ha ayudado y esperamos que nuestros propósitos se vayan realizando con la ayuda de Dios. Encantados con las personas buenas que hemos conocido. Muchas gracias.» (Carmen y José Antonio)

«Ha sido un fin de semana tremendamente enriquecedor y de crecimiento tanto a nivel personal como de pareja. Todo un regalo del Señor.» (Pilar y Javier)

«Nos ha merecido la pena hacer este parón para reflexionar, rezar, tener un encuentro profundo con el Señor, encontrarnos también nosotros como matrimonio y fortalecernos para continuar caminando en el día a día.» (Mª Carmen y Rafael)

«Los Ejercicios Espirituales han supuesto tanto en nuestra vida personal como en nuestro matrimonio un antes y un después. Una VIDA en mayúscula y plena.
Animados desde la Parroquia hicimos Ejercicios Espirituales, donde tuvimos un encuentro personal con Cristo. Conocerlo te cambia la vida, sigues haciendo lo mismo, pero con un sentido diferente: los mismos problemas y las mismas alegrías, pero de la mano del Señor.
Cuando volvimos de nuestros primeros Ejercicios Espirituales le llevamos a nuestros hijos el regalo más grande que unos padres les pueden dar: Cristo, el Señor.
Intentamos permanecer en su amor día a día, vivir en su presencia y recordarnos mutuamente y a nuestros hijos que el Señor es el tesoro más grande de nuestras vidas.» (María José y Luis)

«Estos ejercicios nos han servido para ser conscientes de lo afortunados que somos por haber sido "elegidos". El Señor es quien nos llama, nos llama a dar fruto y testimonio de la alegría de vivir nuestra vocación matrimonial. También nos hace experimentar su gran misericordia para con nosotros y su infinita paciencia en nuestra misión como esposos y como padres. Descubrimos en este paraje silencioso el gran tesoro del Amor de Dios.» (Alicia y Pablo)

«Ya son dos años viniendo al retiro, el primero fue un ungüento para nuestro ser. Esta año ha sido un regalo más. Pedimos en silencio: Señor, confío en Ti, y vienes de mi mano, conmigo, con nosotros. Postdata: Tu Amor es la verdad, nuestra bandera.» (Carmen y José)

«Para nosotros estos ejercicios espirituales suponen una experiencia fuerte de fe y encuentro con nuestro Padre Dios; enriquecedora para nuestro matrimonio y también para nuestra persona; para hacer crecer nuestro espíritu en comunión con Dios y así adentrarnos en su Corazón y ser derramados con su Gracia. Por otro lado también es desconexión del mundo, rutinas, ajetreos etc y así poder descansar y encontrarnos con nosotros mismos y con Dios. Aunque ya hemos venido en otras ocasiones, cada vez ha sido distinta; distintos regalos ofrecidos por Dios pero sin dejar de sorprendernos.» (Julia y Manuel)

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